REVISTILLA SANROQUEÑA

jueves, 27 de octubre de 2016

EL SÍNDROME "MERCEDES"2

FASCÍCULO 2.

  Como indicaban Kruger y Dunning, sobre las evaluaciones en razonamiento lógico, gramática y humor y la estimación de las puntuaciones de sus exámenes, resulta que el grupo de los competentes estimaban bien su calificación, sin embargo los INCOMPETENTES o "Mercedianos", sobrestimaron su posición. Realmente, los estudios indicaron que los participantes que se puntuaron en el peor puesto del total de las pruebas de humor, gramática y lógica, sobrestimaron con mucho sus habilidades y el resultado de la prueba. A pesar de que las pruebas los colocaban con un 12 por ciento, ellos se consideraban entre el 62 por ciento. 

  Mientras tanto, la gente con conocimiento real tiende a subestimar sus competencias.
  No obstante, un estudio posterior sugiere que los estudiantes más "Mercedianos" -incompetentes-  mejoraron su nivel de habilidad y estimaban su posición en la clasificación tras recibir muchas clases en las habilidades que no tenían.
  Dos de los alumnos a los que practicaron estas pruebas extendieron este trabajo a la EMPATÍA, o sea, a la capacidad cognitiva de percibir lo que otro ser puede sentir.

  En este sentido encontramos en la obra de Platón: "Apología de Sócrates", una idea universal de este principio: "El que más sabe suele ponderar su experiencia como insuficiente." Da una versión del discurso que Sócrates pronunció como defensa en el juicio en el que se le acusó, ante los tribunales, de corromper a la juventud y no creer en los dioses de la polis (Ciudad-Estado.)

  Cuando Sócrates dice en su defensa que "ignoro qué impresión habrá despertado en la asamblea general ateniense, las palabras de mis acusadores". Aquí esta ignorancia sugiere la filosofía expuesta en la "Apología" que consiste en la sincera admisión de ignorancia,  pues todo su conocimiento procede de su no saber nada: "SOLO SÉ QUE NO SÉ NADA".

  Sócrates pide que sea juzgado no por sus habilidades oratorias, sino por la verdad que éstas convocan, asegurando que no utilizará la retorica ni frases cuidadosamente preparadas, sino que expresará en voz alta  lo que le pase por la cabeza; las mismas palabras que utilizaría en el "Ágora" y en las reuniones, demostrando ser un verdadero maestro en retórica, elocuente y persuasivo y que sabe jugar con el jurado. Al final, no consigue ganar el juicio y es condenado a muerte, siendo admirado, desde entonces, por su calma aceptación. 

Continuará

Fer Domingo para #ErGatoAndalú.

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