REVISTILLA SANROQUEÑA

sábado, 24 de diciembre de 2016

La dichosa navidad...

Dicen los católicos que es "momento de recordar que somos parte de un todo, que todos somos hermanos y estamos unidos por lazos invisibles"...
  La navidad es para muchas personas unas fechas muy especiales y esperadas para compartir en reuniones familiares, con amigos y, les hace reflexionar haciendo un balance de sus vidas durante más de trecientos sesenta días.
  La hipocresía que ésto conlleva, incluso con uno mismo, te hace más duro y exigente con la dichosa celebración de un supuesto nacimiento el día 25 de diciembre, de un mesías -uno más de los que ha dado la historia- acompañado de magos adoradores reales de destinos distintos... y regalos como signo de compra para un trato mejor... 
  Hay gente que con la llegada de la navidad se sienten que no son los mismos, son más bondadosos por unos días -aunque pasados estos vuelvan a sus andadas- de ahí la hipocresía de esta celebración. Todo el mundo celebra un supuesto nacimiento de hace dos mil y pico de años, sean creyentes catolicos o no, 
  Todos a celebrar como borregos lo que unos cuantos despiertos han implantado para vender, y no me refiero ya a lo religioso, sino a lo comercial. Luces, juguetes, comidas carísimas y buena disposición para comer el 24 y las sobras el 25, aunque te repateen estas reuniones familiares entre tus cuñados y cuñadas, sobrinos, primos, suegros -ya sea en casa de tu esposa o en la de tus padres- una sarta de falsos deseos con abrazos y besos (que solo os dais una vez al año)... Hipocresía, pura hipocresía. 
  Y el colmo de estas fiestas son las falicitaciones en facebock de los amigos, conocidos y agregados que te envian videos con Papás Noeles, renos, campanillas, mucho muerdago y bolas rojas con estrellitas blancas... ¡Que hartera de tantas felicitaciones y de tanto deseo de amor, paz y prosperidad...¡ 
  Categóricamente NO. Creo que se puede entender que no me gustan estas fiestecitas de navidad ni recibir tantos mensajes de felicidades en unión de toda la familia, sobre todo porque han estado callado 364 dias antes sin decir ni "por ahí te pudras" y, ahora, por la nativitatis de los cristianitis, se acuerdan de tí, obligándote a contestar o quedar peor no haciéndolo, con lo que tambien entras de lleno en la hipocresia de la navidad.
  Yo no voy a aconsejar a nadie de no hacerlo, de no festejarlo, de no reunirse con sus familiares, no. Yo haré lo posible por evitarlo y si por tradición se celebra una cena el día 24 de diciembre, lo haré con mi esposa y mis hijos, sin mas felicitación que por la de estar vivos. 

Hasta la próxima.
Fer Domingo para ErGatoAndalú.