FRANCISCO JIMÉNEZ PÉREZ
En la vida te encuentras, a veces, personas que merece la pena resaltarlas por su cariño y el que generan a su alrededor, amen de otras virtudes o capacidades, como: enseñanza, participación, creatividad, ingenio, trabajo, mucho trabajo educativo.
La bondad y la energía tranquilizadora y desbordante a la vez, hacían de él una persona con excelencia, capaz de conseguir en momentos tensos calmar y apaciguar las revueltas y hacerte participar sin más en sus proyectos, como él quería. Tenía ese don especial de los elegidos para conseguir proyectos difíciles y llevarlos a buen puerto.
Su visión para conocer a las personas adecuadas y moldearlas hasta conseguir de ellas su propio reconocimiento y valía y, así llegar a encajarla como pieza pulida en su lugar para construir un castillo de ilusión deleitando a otras muchas personas que, embelesadas contemplaron sus "construcciones" y vivir por un momento su interpretación de la obra literaria representada en una atmósfera distinta, en otros tiempos y personajes de otras épocas. Sensaciones vividas, que su amor al teatro le hacían trabajar durante tantísimos años, tantas décadas y con tantas personas que supo agrupar en su círculo o entorno a él.
Hace casi un año de su desaparición, pero está presente en la memoria y en el corazón de cada uno de nosotros; esos que hemos estado y convivido día a día el trabajo cansino y adicto de los ensayos de infinidad de obras teatrales como puso en escena, recogiendo los aplausos compensadores de una obra bien hecha. Gracias una vez más, querido amigo y profesor: Paco Jiménez, director de teatro en su pueblo, por cruzarte en nuestro camino.
La bondad y la energía tranquilizadora y desbordante a la vez, hacían de él una persona con excelencia, capaz de conseguir en momentos tensos calmar y apaciguar las revueltas y hacerte participar sin más en sus proyectos, como él quería. Tenía ese don especial de los elegidos para conseguir proyectos difíciles y llevarlos a buen puerto.
Su visión para conocer a las personas adecuadas y moldearlas hasta conseguir de ellas su propio reconocimiento y valía y, así llegar a encajarla como pieza pulida en su lugar para construir un castillo de ilusión deleitando a otras muchas personas que, embelesadas contemplaron sus "construcciones" y vivir por un momento su interpretación de la obra literaria representada en una atmósfera distinta, en otros tiempos y personajes de otras épocas. Sensaciones vividas, que su amor al teatro le hacían trabajar durante tantísimos años, tantas décadas y con tantas personas que supo agrupar en su círculo o entorno a él.
Hace casi un año de su desaparición, pero está presente en la memoria y en el corazón de cada uno de nosotros; esos que hemos estado y convivido día a día el trabajo cansino y adicto de los ensayos de infinidad de obras teatrales como puso en escena, recogiendo los aplausos compensadores de una obra bien hecha. Gracias una vez más, querido amigo y profesor: Paco Jiménez, director de teatro en su pueblo, por cruzarte en nuestro camino.
Te admiramos y te queremos.
"IN MEMORIAM DE FRANCISCO JIMÉNEZ PÉREZ".
Fernando Domingo-de Mena Sánchez.
"IN MEMORIAM DE FRANCISCO JIMÉNEZ PÉREZ".
Fernando Domingo-de Mena Sánchez.
