REVISTILLA SANROQUEÑA

sábado, 25 de agosto de 2012

EL GOBIERNO “TITANIC”
Pese a la crisis económica de la época, la clase aristocrática seguía viviendo a espaldas de la realidad y en la opulencia, mientras la clase obrera padecía las consecuencias del desprecio más atroz de aquella gente rica, despreocupada y licenciosa que se divertía a diario en fiestas privadas o asistían a bailes o espectáculos de ópera o teatro y hasta un viaje de lujo en el novísimo transatlántico de gran lujo, a tono con esta clase “aristo/hipócrita”.
De igual forma el partido de los aristócratas españoles (nuevos marqueses y marquesas, duques, barones y otros aspirantes a ello) sustentado por subvenciones de cargos políticos adquiridas a golpe de comisiones, especulaciones, como contraprestación de beneficiar a contratistas y otros “artistas y amigos” con grandes proyectos o retratos supervalorados, prevaricando descaradamente; los cuales viven por encima de las posibilidades lógicas de los ingresos y gastos necesarios e imprescindibles para tener y mantener unos servicios públicos acordes a los ingresos que hacemos todos los ciudadanos (“ricos” y pobres también) respeto a los derechos constitucionales, conseguidos desde 1978, han ido desgastando a unos representantes de la otra parte de los españoles, políticos acomodados e imitadores -en lo malo-, de éstos políticos-aristócratas, hasta el punto de ganarles la partida, es decir, llegar a ganarles las elecciones generales de 2011 y hacerse cargo del mando de ese “Gran Buque Trasatlántico” que es el gobierno de la nación. 
El manejo de ese “buque”, por un patrón sin título, un alucinante “alucinado" líder derechista, sin saber dónde están las luces ni los frenos, dispuesto a agradar a la clase rica del Club de Países Europeos, de capitalistas, de grandes industrias y financieros sin escrúpulos que, siguen bailando y divirtiéndose [con esas “meninas” (como Sorallita o Esperancita…) traviesas y dispuestas a fastidiar al más “pintao”, como tal niñas malas] de igual forma que lo hicieran aquellos ricachones de otrora época; A los que no les importaba si la clase obrera padecían o necesitaban algo para subsistir. 
Ahora, se repite como si de una inmensa rueda del tiempo se tratara, que pasara siempre, obligatoriamente, por el único eje orgulloso y despectivo de “esa clase” hegemónica de raza superior…, de “pureza aria”, con sus nuevos súbditos satélites (francos, belgas, italianos, griegos o hispanos…), y aquellos otros que quisieron subirse o agarrarse, pretendidamente, al tren --un tren que lleva una marcha muy rápida y una máquina muy potente--, a la misma velocidad y a la misma altura que “esa máquina de cabeza” (Alemania). -imposible y a la que nunca llegarán a igualar-. No obstante ello, aquí hacen lo que les gusta: Vivir bien, gastar a manos llenas y con una “vía de agua” en ese buque, por donde se escapa todo el Tesoro Público, de unas espitas abiertas por esos “Capitanes” de bancos, de otros barcos piratas en el mismo mar donde navegamos en tercera clase, en las bodegas, como polizón, separados o lazados (desahuciados) ya en botes salvavidas, agarrados o unidos por un débil cabo a babor o a estribor, gentes de izquierdas y gentes -pobres engañados- de derechas, a los que nos han hecho responsables de estos escapes o roturas en el casco de esa nave. 
Como cuenta la historia: solo nos queda esperar suceda lo que ocurrió en aquella época, y surja lo más rápidamente posible la presencia de un “ICEBER” fuerte y frío, como aquel témpano de hielo, compuesto por todos los afectados bien dirigidos y organizados, rompiendo definitivamente ese BUQUE a la deriva, que no tiene punto de destino ni buen puerto donde recalar.

Fernando Domingo-de Mena. 

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