La Fundación Dos Orillas de la Diputación Provincial de Cádiz inauguró en su sede, el Edificio Kursaal de Algeciras, la exposición “La mirada marroquí”, una muestra de José Domingo-de Mena.
“Muestra antológica del artista sanroqueño José
Domingo-de Mena (1889-1975). La exposición organizada junto a la
Fundación de Cultura “Ortega Bru” del Ayuntamiento de San
Roque.
“La mirada marroquí” es una selección de
dibujos del que también fuera poeta, periodista y cronista oficial
de San Roque. Los trabajos fueron realizados desde 1910 a 1913,
período en que el joven José Domingo-de Mena realizaba el servicio
militar en la zona española de Marruecos, y forman parte del fondo
perteneciente a la Fundación Municipal de Cultura “Luís Ortega
Bru”, colaboradora de esta exposición. Coincidiendo con este
acto, los asistentes recibirán de obsequio el libro escrito por
Antonio Pérez Girón que recoge las crónicas enviadas por José
Domingo-de Mena al periódico gibraltareño “El Calpense” durante
su estancia en el norte del país, donde actuó de corresponsal de
dicha publicación.
Los comisarios de la exposición: Antonio Pérez
Girón y Patricio González. El diseño del catálogo y de la
cartelería: Javier Cádiz.
José Domingo-de Mena (*) dedicó buena parte de su
vida a la defensa de la tradición histórica del pueblo sanroqueño
proveniente de Gibraltar, y a la reivindicación de dicho territorio.
Aunque inició los estudios de Derecho –obtendría el título de
procurador ante los tribunales- la literatura y el dibujo fueron sus
auténticas inclinaciones. Fundador de periódicos locales y de
grupos de teatro, puso en marcha en 1920 el primer diario sanroqueño
“La Farándula”.
En 1910 fue llamado al servicio militar, del que
escribiría, pudo librarse, pero rehusó a ello “por no contradecir
la actitud contenida en una poesía, “Raza eterna”, que le
premiaron en un concurso y que era un canto al Ejército. En esa
época cultivaría la caricatura. Una exposición con estos
materiales le otorgaría como premio, en el cuartel de Ingenieros de
Sevilla, una espléndida caja de pintura.
Al poco su compañía fue destinada a Marruecos.
Estuvo en Larache y luego en Alcazarquivir y Arcila, donde pasaría
tres años, y llegaría a plasmar numerosos dibujos de tipos y
lugares pintorescos. Por el romance titulado “Suenan las guitarras
en el campamento”, fue llamado por el teniente coronel Silvestre
para desempeñar durante algún tiempo –en Alcazarquivir- el cargo
de secretario particular.
De allí fue reclamado a Larache –en ausencia de
Silvestre- para entrar como dibujante en el gabinete respectivo de
aquella Comandancia. Dado su dominio del dibujo se le confió la
realización de las vistas panorámicas de Larache, Alcazarquivir y
Arcila. A este trabajo técnico incorporó la novedad de dar
apariencia artística, y sin perjuicio de la topografía, reprodujo a
todo color árboles, nubes y hasta alguna figura.
(*)De vuelta en San Roque, comenzó a colaborar en
el periódico madrileño La Patria, donde publicó, además de
poesía, dos artículos irredentistas Gibraltar y San Roque, o la
herida y la sangre, y El doble panorama de San Roque. Por
entonces, la venta del teatro que poseía su padre en la Alameda, el
“Teatro Catany”, permitió a José Domingo-de Mena y a su hermano
Juan, que era escenógrafo, su traslado a Madrid, “con más
deseo de publicar mis versos que de hacerme abogado”. Se vivía la
llamada Guerra Europea y las dificultades eran muchas en la capital
española, a pesar de que el país permanecía neutral en aquella
primera contienda mundial.
Aunque su hermano logró establecerse de la mano
del escenógrafo Luís Muriel, él no lograría más allá del
apadrinamiento de Manuel Machado, quien le dedicaría un
soneto-prólogo para el que tendría como destino uno de sus libros
tardíamente editados.
A San Roque volvió derrotado, como él mismo
reconocería.
La muerte de su padre y la designación para que
ocupase su puesto como jefe de un negociado municipal, produciría un
cambio en su vida. En 1925 organizó una serie de charlas en el
Casino del Recreo y al año siguiente publicó varias poesías en la
revista madrileña Blanco y Negro. El 1931 dedicaría un
soneto a la República en el semanario local El Altavoz. Sin
embargo, sus ideas progresistas irían derivando hacia posiciones
conservadoras.
Tras un período de escasa producción literaria, en
1935, ofreció la conferencia “Lo que es San Roque y lo que debe
ser”. Ese mismo año, por su propia cuenta, celebró el día 4 de
agosto, como Día de Gibraltar. El acto tuvo lugar en el mirador de
Los Cañones, y tuvo eco en la colonia, donde el diario El
Anunciador, publicó un editorial titulado “El sueño de una
noche de verano”, donde se hacía burla de dicha iniciativa.
Alternando los estudios de leyes, iniciados por fin
en 1932, escribió lo que en su opinión serían la mayor parte de
sus mejores poesías, y promovió sendos homenajes a la memoria de
los ilustres sanroqueños “Luís de Lacy” y “Francisco
María Tubino”, descubriéndose una lápida en las oficinas
municipales donde éste último trabajó.
José Domingo-de Mena creó el Gabinete Arqueológico
Iconográfico de Barbésula, Carteia y Gibraltar y la Asociación de
Amigo de Cadalso. En plena madurez sería nombrado hijo predilecto de
la ciudad y miembro del Instituto de Estudios Gaditanos. También se
le dio su nombre al mirador de Los Cañones. Por su parte, el
Gobierno le concedió la encomienda de Isabel la Católica. Tras
fallecer, en 1975, dejó varios manuscritos que serían editados años
más tarde por la Fundación Municipal de Cultura “Luís Ortega
Bru”.