Al llegar a Gran Bretaña después de un vuelo magnífico, tanto desde la salida de un pequeño aeropuerto hasta la llegada a uno de los de Londres, y notar la sensación de, incluso gustarle volar... después de kilómetros de pasillos y escaleras mecánicas y el control policial de aduanas, de una invasión de carteles y pasillos para llegar a una de tantas ventanillas mecanizadas en las mecanizadas en las que posas tu pasaporte y se abre el torno, adelantas unos pasos y vuelta a seguir pasillo adelante hasta llegar al exterior a la salida del aeropuerto, donde te encuentras con el familiar que te espera y empieza la alegría de abrazarle después de varios meses sin su compañía en casa.
Empezamos la odisea en su coche hasta llegar a nuestro hotel, donde él trabaja, y nos presenta en la recepción a sus compañeros y algún cliente asiduo del mismo; ya notamos el cariño que le tienen a el y cómo nos tratan a nosotros por ser sus padres.
Dejamos la maletas en la habitación y vemos en la mesilla dispuesta una botella de vino tinto y tres copas, un díptico del hotel con una nota -en inglés- de recibimiento y felicitación por estar con ellos -que más tarde nos enteramos, por casualidad, la había escrito la encargada, jefa del restaurante, una querida amiga, con la que compartimos unas cervezas y unos platos exquisitos de sabor y colorido en un Pub cercano... Luego, más tarde nos tomamos un café en la habitación del hotel y... a la cama.-
La primera impresión: no pudo ser mas favorable; ya con nuestro hijo, en su coche, circulando por esas magníficas carreteras británicas -por la izquierda, claro-, con cuatro carriles por sentidos..., esas vistas de casitas de ladrillos rojos y verdes granjas y una buenísima indicación o señalización de carreteras... Todo mejor -pensaba yo- que las nuestras.
Desayunamos con nuestro hijo en su hotel, atendidos por sus compañeros de trabajo, presentándonos una y otra vez y recibiendo cariños de cada uno de ellos... Nos tomamos un cafelazo de escándalo, con unos huevos revueltos, fiambres varias y una especie de creps o tortita con miel de arce y bacon, que contrataban sabrosamente bien.
Salimos hacia Londres y, allí, visitamos la zona de la City, desde el mirador de un edificio altísimo que le llaman el wolqui-talky. Toda una vista impresionante de un tramo del Támesis, donde luego abordamos un barco de paseo por el río hasta llegar al la parte donde se encuentra el Palacio de Bukinham, con la mala suerte de que al cruzar el parque ...() comenzó a llover un poco, y sin paraguas era imposible seguir y esperar la ceremonia del cambio de la guardia con banda de música incluida, así que, mi hijo, ni corto ni perezoso, salió a comprar unos pequeños paraguas -que por cierto, eran de la bandera del R.U.-, ¡qué remedio!, para no mojarse no íbamos a exigir algo menos significativo..., sobre todo para mi esposa y para mí, que no somos nada británicos, es decir, aquí, en el Reino Unido, te sientes español... no más español, pero orgulloso de ser español...
Bien, después de unos pocos minutos de espera y fotos y más lluvia, un policía se acerca a la verja y va diciendo a todo lo largo de la misma, algo así como que: "La salida de la guardia se suspende por la lluvia"... vuelta por el mismo camino atravesando el parque, viendo pasearse graciosamente ardillas, que bajaban y subian a los arboles con las bocas repletas de bellotas, e incluso algunas se acercaron para que le dieras algo.
De vuelta a la ribera del Támesis, caminamos hasta llegar mas al centro, y así, con los pies que me reventaban, nos pusimos a andar y andar hasta llegar al Museo Británico -arqueológico de Londres-... Para qué decir la impresión que nos causó ver la historia del mundo expuestas en vitrinas y salas llenas de estas..., esculturas persas, egipcias, asirias, sumerias..., amuletos, figuras decorativas de oro y piedras preciosas; armas medievales y de siglos pretéritos hasta épocas victorianas, cristal, loza, cerámicas... ¡Impresionante!
Más tarde, visitamos la Galería Nacional -el museo de pinturas-... boquiabiertos y con los ojos como platos visitamos rápidamente esta colección, fuera de serie, que contiene el citado Museo... y además todo gratis..., si quieres colaborar existen unas urnas a la salida para que eches lo que quieras, desde un mínimo de cinco libras... Luego, tras una pequeña espera, mi hijo, con una aplicación de su móvil, llama a un servicio de taxis libres e, inmediatamente, sabes quien te va a recoger..., en menos de cinco minutos estás camino a donde quieras; en este caso, a un coqueto restaurante (Black and Blue), con buenas referencias en una guía de restaurantes londinenses mejor valorados... Comimos y bebimos de lujo, más teniendo en cuenta la experiencia sobre las calidades de nuestros pescados y mariscos y de nuestros vinos... En esta ocasión nos acompañó a la excelente comida a base de pescado y mariscos, un vino gallego, un Albariño que, en Londres, sabía a gloria. De hecho felicitamos a los jóvenes dueños que nos atendieron, por su buen pescado -fresco- y su bodega de vinos españoles. Pasamos a relajarnos un poco y de nuevo a pasar un momento más dulce en una tienda de chocolatinas (m&m) y, más tarde, a la vuelta de la esquina: Chinatown (todo chino), y haciendo tiempo, paseamos otra vez hasta llegar a la hora prevista -por nuestro hijo- a ver el Teatro de su majestad, a ver, como de improviso, se acerca a la ventanilla y saca la reserva de tres butacas para la opera El Fantasma de la Opera..., subimos las escaleras al piso superior y contemplamos la belleza del teatro..., pedimos unas bebidas y, sentados en nuestras butacas, bebiendo cómodamente y admirando tanta belleza del lugar, la compañía de nuestro hijo..., todo ello un lujazo... Ya con el telón abierto, contemplando el escenario comienza a sonar la música en directo de la orquesta apostada en el proscenio del escenario... y alucinando en colores se encienden las luces y aparecen en escena unos personajes en una subasta de objetos antiguos... y entre ellos un juguete de música, una cajita de música con un monito sentado, con unos palillos en sus manos, al que pujan varias personas y una de ellas, sentada en un silla de ruedas empujada por una mujer..., se hace con el "Juguetito"... Tras un rápido cambio de escena, se transforma inmediatamente en un escenario de un teatro en el que varias chicas y un chico bailan o ensayan unos pasos de valet... cuando entran en escena el director de baile interrumpiéndolos dando órdenes a unos y otros sobre como deben moverse, etc... mientras que otros tres personajes llegan a escena (los nuevos dueños del teatro) discutiendo entre ellos y con las bailarinas y el director de escena..., en esto que se disponen nuevamente a ejecutar el bailes y entran unos cantantes... Los dueños vuelven a hablar entre ellos, en la misma escena, interviniendo y parando el ensayo. Prueban, a petición de las bailarinas y de la señora que las cuida... a una de ellas y tituveantemente comienza a cantar... lo hace menos que la estrella -una prima donna caduca- generando los reproches de esta y de su partner...
Estrenan la obra con esta joven cantante en aquel teatro francés y es cuando al escucharla el anterior músico y compositor (Erik), que en un desafortunado despiste, por el cansancio, queda dormido y tira o se cae una vela incendiando el camerino de dicho teatro, donde escribía su música y después de quemarse una parte de la cara, desfigurado se refugia en unas cavernas bajo el teatro, desaparece dando a entender que ha fallecido en el incendio. El escucha a esta chica desde su refugio junto al río subterráneo, en sus aposentos llenos de artilugios mágicos y mecánicos para su protección, asomándose al escenario por la parte alta de los bastidores y se enamora perdidamente de ella; la obra es un éxito con esta chica, repitiéndose varias veces, en las que el "Fantasma" aparece en todas mediante ruidos o sabotajes dentro de la obra, en el mismo escenario -mientras tanto los cambios de escenas son verdaderamente rápido y excelentes..., lo mismo están en una ópera con treinta bailarinas y cantantes como de inmediato cambia a un despacho de los dueños en interior del teatro- entrando y saliendo por el fondo negro a través de una sola puerta que se alumbra en la oscuridad del escenario, desapareciendo los actores para dar paso a una escalinata repleta de un coro de cantantes bajando por ella hasta las tablas del escenario y, de pronto se forma un revuelo por la entrada en escena del Fantasma (Erik) mientras cantan y bailan, raptando a la preciosa joven cantante y bailarina (Christine), a la que le hace cantar para eĺ en sus aposentos. Ella entonces recuerda lo que su padre (un famoso violinista del teatro) le dijera antes de morir: "Que un ángel de la música bajaría y cuidaría de ella". Creyendo que ese ángel era él "fantasma" que le enseña a cantar... y cantan los dos.
La historia de esta chica es preciosa y se enamora de un amigo de la infancia (Raul), que coincido con ella en el teatro... Cuando han bajado al laberinto, sobre una barca movida por una percha...cantan a dúo y le propone entonces se case con él... ella lo rechaza en principio temerosa de su aspecto pero en el fondo agradecida de la enseñanza del canto, al que él le hace repetir una y otra vez: "Canta mi ángel"... "Canta para mí", la obliga a ponerse un velo de novia y le da una sortija para esposarla... (Cambios de escenarios, rápidos y preciosos... luces, candelabros que salen del suelo lleno de bruma... efectos especiales de fuegos y destellos...) ¡Los pelos de punta! Y ellos cantando, que las lágrimas te inundan los ojos... el corazón en la garganta latía y te elevaba a lo etéreo... ¡Impresionante es poco decir...!, el pecho henchido te hacía coger aire para respirar cantando en tu interior con ellos... -qué más quisiera- pero siguiendo la música.
Mientras por las escaleras bajaban y subían personajes que buscaban a Christine, Raúl los encuentra y Erik le permite entran en su recinto protegido por altísimas rejas y al ver el amor que ella le profesa a Raul... decide acabar con él poniéndole una soga al cuello para ahorcarlo, una soga tirante que le impide escapar y moverse... ella implora la liberación de Raul a Erik, quien le da a elegir entre quedarse con él o matar a su enamorado... Sorprendentemente, ella le besa en la boca mientras le acaricia su rostro quemado cuando él se da cuenta de que es por el amor..., por el amor que siente por Raul por lo que ella acceda a quedarse con él y, en un movimiento rapidísimo corta la soga con un certero disparo de su pistola, liberando a Raul y diciéndole: "Vete, vete, iros de aquí lo dos, huir y que viva el amor... Se escapan y mientras él canta su dolor ella vuelve y le besa nuevamente devolviéndole el anillo que le puso en su dedo... Se va por fin por las rampas que ascienden de izquierda a derecha y el Fantasma cae llorando de dolor..., cuando el juguetito empieza a sonar su musiquilla y el monito tocando los platillos, sollozantemente él la acompaña cantando...
¡Sin palabras!
Nos dejó impresionados; belleza y más belleza, tanto arqitectónicamente como en botánica..., naturaleza pura conservada con esmero, aprovechada hasta el máximo; tanto que te hace ver las cosas de otra forma, sabiendo más, comparando y valorando lo que tenemos en España y no sabemos explotar o mostrar, es decir, en una frase corta: Eres un analfabeto si no has ido al extranjero"
Llegue analfabeto de conocimiento, otros sitios, otras culturas, otra forma de hacer las cosas, de conservarlas, de respetarlas, de educación, de negocios, de saber cómo son los británicos para sus cosas y para las gentes que los visitamos... Tienen cosas muy buenas, pero no son condescendientes con el extranjero..., se creen únicos y superiores. Y eso también fastidia.
Fernando Domingo.